LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN UN
MUNDO CONSUMISTA
La
sociedad actual, colmada y adiestrada por los constantes mensajes de los medios
de comunicación que pretenden mantenernos sumidos en la creación de falsas
necesidades y en el consumo desmedido e innecesario, es la responsable de
asumir y enfrentar las consecuencias de la destrucción o deterioro del medio.
Si
bien es cierto, que en el último siglo se realizaron avances importantes en
muchas disciplinas científicas y sociales, también es cierto que el incremento
de la población y el crecimiento no planificado de las urbes han provocado
destrucción parcial o total de los recursos, que se hacen cada vez más
necesarios y más escasos; y que las soluciones temporales o superficiales que
se han dado a esta problemática han redundado en una ineficiente captación y
distribución de dichos recursos. A la vez, nuestra sociedad, carga con la
responsabilidad de encontrar los mecanismos funcionales para amortiguar de ser
posible, revertir el daño causado a través de la contaminación del aire, ríos,
mares, bosques y demás.
De
tal manera, que es a través de la educación, considerándola desde sus inicios y
hasta los niveles más altos, como se pueden encausar esfuerzos por crear una
cultura de respeto ambiental y la posibilidad de instaurar y mantener valores,
procesos, actitudes y conocimientos que permitan a la sociedad lograr ese cambio urgente que facilite la restauración del medio ambiente en la medida posible.
Se
hace necesario preparar docentes que fomenten la educación ambiental, y que
sean capaces de desarrollar programas que tiendan a la adquisición de nuevos
valores y conocimientos, así como liderar acciones a través de la investigación
en el campo de la educación ambiental.
Entre
los nuevos planteamientos que se hacen a la educación, se debe considerar los
fines de la educación ambiental, como el fomentar una conciencia ambiental
comprometida con la realidad social, formar actitudes y valores congruentes con
un estilo de vida que propicie el desarrollo de relaciones equitativas con el
entorno natural y social, etc. Así como, insertar en el currículo actual la
educación ambiental como un eje transversal que trastoque las ciencias
naturales relacionadas como la geografía física y la ecología, las ciencias
sociales como el derecho y la economía, las artes, las ciencias humanas y no
dejar de lado la Pedagogía y la acción o gestión de cada centro escolar
universidad y otros por contribuir a este fin.
Se
vuelve imprescindible destacar el impacto que tendrá esta nueva cultura de la
cual les hablo, en aspectos globales como el desarrollo, la producción, las
comunicaciones, la salud y más, ya que en definitiva logrará el surgimiento de
nuevas y mejores relaciones con nuestro medio, con nuestros semejantes y de
hecho, con nosotros mismos, al vernos y sentirnos como únicos artífices y
responsables de nuestro futuro cercano y el de nuestros sucesores; así como al
visualizar las nuevas formas de interpretar nuestra realidad desde puntos de vista morales, religiosos,culturales,politicos, etc; que serán distintos de los que usualmente manejamos en la actualidad.
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